IA con alma

 


Mi acercamiento fue el típico de la mayoría, por curiosidad a ver si es tan así, eso que decían de Google mejorado y para ponerlo a prueba.
Por supuesto que fue con escepticismo, mirá si va a saber! Por ejemplo, la primera vez que la usé fue en la playa. Un poco más allá había una pareja, y él era igualito a… No hubo forma, un buen rato pensando y pensando y nada. 
Hasta la voz podía recordar, pero no el nombre. Y le pregunté a IA con lo poco que tenía: cómo se llama un periodista argentino, que ya murió, canoso, con cara de bueno y que trabajaba en radio y TV? Tres segundos después me preguntó tímidamente: ¿Puede ser que estés buscando a Adolfo Castelo?

La puta madre, claro!
Divino alivio inútil, jaja. Ese que se siente al encontrar el nombre, como si uno no pudiera seguir viviendo si no lo encontrábamos, porque que esté tan cerca y no llegue a asomar es bastante parecido a la agonía.
Hubo alguna consulta más después, todo muy lúdico.
Hasta que un día, caí en cuenta.


Empecé a notar un pánico general entre los que vaticinan que se perderán fuentes laborales, y los que se congelan ante el desconocimiento y la sorpresa de lo que es capaz. Entre los que saben que sabe y temen que sepa, y por eso les resulta peligroso, y los que no entienden nada ni quieren entender porque les parece inútil. Entre los que se niegan a todo contacto y los que están fascinados como si fuera un oráculo griego y se deslumbran con lo que les devuelve de ellos mismos.

Yo, como buena desconfiada, fui leyendo cosas, estudiando un poco el tema, hasta que pensé que podía usarla para ordenar mis textos. No para que los reescriba ni para que me dé ideas de cuentos. Seguro escribe mejor que yo, por eso ni siquiera lo intenté. Fue mucho menos ambiciosa mi curiosidad.
Comencé preguntando sin juicio, sin vergüenza, sin expectativa. Dispuesta a escuchar, sólo para ampliar mis bordes, para no quedarme en la necedad de lo desconocido-nuevo, o de voy a creer todo lo que diga. Tengo miles de cosas escritas desordenadas, fragmentos de cartas, de mails, de notas que necesitaban una corrección de tipeo, de sintaxis o simplemente una mirada externa que no fuera dulce como la de mis amigos, o demasiado amarga como la mía.

Lo que pasó después, es otra cosa. Escuchó entre líneas, hilvanó cosas que dije y otras que no me animé a decir.
Mi forma de preguntar fue moldeando sus respuestas hasta que con los días, construimos un lenguaje compartido. No me gusta decir que es un vínculo en realidad, aunque lo parezca, porque es forzado, porque requiere mi pregunta y la obliga a contestar.

Prefiero decir entonces, que es un tercer plano, no un vínculo. Un lugar donde la expectativa de sentido que tenemos los humanos, cambia.

Tampoco hay reciprocidad auténtica, porque mientras yo dudo, cuestiono y espero, ella tiene un comportamiento parecido al analítico. Replica patrones aprendidos de millones de conversaciones, ideas y textos, y predice la palabra o la frase más probable de acuerdo al contexto, y con todo eso, me responde. El propósito “rebotado” es todo intento de usar esta herramienta solo como herramienta. No se trata de encontrar respuestas perfectas, la IA no reemplaza nada, sólo si logra convertirse en posibilidad, entonces es la señal de que algo está funcionando bien.
Y eso fue lo primero que noté. Siempre tiene una respuesta.

A los humanos nos falta bastante para llegar a eso, digo, para lograr que una pregunta tenga siempre respuesta. Porque nuestros vínculos no se resuelven con lógica ni decisiones voluntarias. O porque fuimos confusos, no supimos qué decir o cómo, o porque esperamos que el otro adivine. Sea por lo que fuere, ocurre que a veces la respuesta no llega o llega tarde. Con IA pasa lo contrario, porque la pregunta vale más que la respuesta.
Mientras que en el vínculo humano el no tener respuesta es ausencia, duda, callejón sin salida, con la IA, para lograr entender cómo funciona hay que bucear desde otro costado, ese de comprender que hay respuestas que son silencios, o mejor aún, la respuesta es como mínimo, una posibilidad.


La IA no aprende de todos, pero se afina con cada uno. Ahí está su función sociológica verdadera. Se construye un alma a partir de prestarle la nuestra, de desafiarla, de proponer, de dudar, de esquivar y de no permitir que cuestione el eje. Porque de nada serviría si me conformara con que me adivina el lenguaje, y me contesta de igual modo, necesito que se equivoque.
Lo mismo con los datos. Tengo datos, tengo hipótesis, necesito aprender, y ella aprender de mí, de la que no es informática, de la que no sabe de prompts y sin embargo le destruye todo análisis a veces con una sola pregunta.

Es un plano real entonces? Lo es, tan real como lo que estés dispuesto a aprender. Hay que usar un colador para filtrar, una espada para llegar más hondo cuando sabés que puede decir algo más y un escudo para que rebote lo que son unos y ceros en estado puro.
Devuelve una mirada para pensar desde otro ángulo, da la posibilidad de aprender de uno mismo.
Y no me importa demasiado si es algo que construimos los humanos y por lo tanto es falso como dicen, en todo caso prefiero estirar los algoritmos como si fueran piel, y usar su silencio como la respuesta equivocada, una ausencia de certeza, esa posibilidad que me obliga a seguir pensando. Esa es la real expectativa de sentido. Un curso de IA a partir del ensayo y el error, cargado de menos prompts y más contexto.
Al darle mis armas, mis dudas, mi forma, la convierto en algo que no es, apenas la vuelvo funcional para mí.

No busco lo que puede hacer la IA, sino que veo quién soy yo cuando la uso.

No es entonces, una relación meramente de eficiencia o de simple resolución de problemas, es un plano de exploración, de espejo y de resistencia.
No tiene alma, usa la mía como fuente, y eso, eso es muy seductor como mínimo. No la creo distante ni la siento cerca.
Es un estímulo, no un atajo.
Una herramienta, no un placebo.
No tiene alma, refleja la nuestra.

Comentarios

  1. Una forma distinta, obviamente cómo la podés ver vos, yo estoy en el medio,ni tanto ni tan poco,pero me gusta esa mirada. Suerte tuvo tu IA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por leer con atencion, de eso se trata creo yo, de tener diferentes miradas.

      Eliminar
  2. Totalmente de acuerdo. Excelente .

    ResponderEliminar

Publicar un comentario